Me voy.

Y la luz que entraba por debajo de la puerta se apago, entonces me levante con cuidado de la cama e intente escapar de allí, me sudaban las manos, mis nervios hacian temblar hasta el ultimo pelo de mi ser, enseguida cogí mi bolsa, preparada y escondida espere de nuevo a sentir el clic del interruptor de su dormitorio, entonces salí al pasillo, de hay a la puerta, tan solo diez pasos, despacio. Abri la puerta sigilosamente salí y la cerré. Ya era libre, ya estaba fuera. La brisa fría de la madrugada me despertó un poco más, y allí estaba yo, sin saber a donde ir.

Ya se termino el dolor, ya acabo el sufrir, tus manos, no me rozaran jamás, nunca jamás, dejare que molestes a mi alma, ni una sola vez, no lo dejare, ahora me voy, para no verte mas, suerte que no hay hijos de ambos a los que cuidar, suerte que nunca pude tenerlos, suerte que al final la única dañada solo fui yo.

Ya encontrare otro amor, dulce, no como el tuyo, amable, no como el tuyo, cuidare cada detalle, cada segundo, cada día que pase con el, no como el tuyo. Al principio todo iba bien, pero después, empezaste, ya sabes, a beber, tus ansias de poder, tus vicios y tu manera de mirarme, no te digo que te tengo miedo, lo tuve, ya no, hoy no.

Y con esto te digo adiós, espero, que no vuelvas a hacerlo, no a nadie más, intentare que no me sigas, que no me vigiles, una nueva vida me espera, no tengo pereza volver a empezar, ni miedo ya. El empezar me da fuerza, ilusión ... Y con esto te digo adiós.