Un caminar silencioso donde apenas se sienten los latidos de mi corazón y los pasos, llega la naturaleza a mí como un regalo infinito de color, aromas y cantos de pájaros y me detengo abriendo los brazos y el pecho, me detengo a recibir este regalo que está totalmente hirbanado por tu alma la cual pretende verme sonreír desde dentro hacia afuera.
Cierro mis ojos y siento ese enorme momento de presencia y sigo caminando, con los ojos abiertos ya, claro.
Vivo con serenidad y gozo cada paso, cada sonido, cada rato de luz, cada cosa y sensación y me llevas a un precioso manto de flores de colores que me unen más a tí.
Poco a poco me da pena pisarlas y ellas se repliegan las faldas y levantan sus cabezas repletas de pétalos brillantes de color.
Allí al paso, un maravilloso encuentro con otro ser igual a mi. Y tras cruzar palabras, sonrisas y sentimientos elevados solo puedo decir GRACIAS GRACIAS y GRACIAS.
Los seres que se nos van están en expansión, sin tiempo ni lugar porque sencillamente están en TODO y tú eres TODO YA.
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