Vivo en las sensaciones.

Contemplo la luz que desprende ese niño al jugar tan alegre, me transformo en su sonrisa y me vuelvo niña, experimento la sensación de las gotas de agua jugando en la piscina, frías gotas golpean mi cuerpo, y quiero jugar y correr, me adelanto al niño le salpico, sonríe, a carcajadas jugamos, corriendo me trae una pequeña cereza, roja, brillante, me la ofrece con sus pequeñas manos, y me dice cómetela, mama, le acaricio la cara y me la como, ese sabor rompe la piel de la cereza en mi boca, cae su jugo fresco, deliciosa... Nada mejor que disfrutar del instante, del momento, de su risa, de las sensaciones que me provoca la vida, porque estoy viva. No pienso en quejarme, ni en los problemas, tan solo disfruto, aprovecho, me limito a ser el presente. Sé presente también.