Los pies hundidos en la fina arena, a mis oidos el susurro constante e incansable de las olas, traviesas.
Las conchas se agolpan a mis pies y el sol ya no calienta, aunque este sola sin tus manos, me siento tranquila y feliz, se que estais bien.
Respiro la tranquilidad de la bruma, la arena y el sonido del chocar de las conchas, me relajo.
Y poco a poco se acercan, ya sube la marea y poco a poco ya vienen ellas, juguetonas.
El juego y la risa de un niño me recuerdan a ti, me vienes a la memoria asi, como las olas, contante, incansable y travieso.
Cierro los ojos y te veo correr hacia mi pidiendo con tu media lengua un regalito, y buscandolo por ahí, con tu mirada pizpireta que busca en mi un camarada para recibir la sorpresa esperada.
Ya te digo te apareces como las olas, contantemente, incansable y travieso, te veo, te oigo y hasta te siento.
Ahora me dices un "vamos" muy bajito y agarrando mi mano inclinas suavemente tu cabecita y vuelves a decir "vamos" asi, igual de bajito, baja cariño, pero no solito.
Bajamos las escaleras y alli esta, dices un jugueton PAPA!!..
Me despierto y siguo aqui, lejos, un poco mas y me pilla la marea y el anochecer aqui, lejos. Pero no estoy triste, se que estais bien, ahora despues os vere en mi anochecer. Sigo tranquila gracias al murmullo de las olas que me mece como yo a ti cuando naciste.
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