Y pintaré arcoiris con sonrisas en los rostros de las personas que tengan el ceño fruncido por el enojo.
El enojo de la falta de amor por la falta de conocimiento de la infinita existencia de cada uno de nosotros.
Pintaré arcoiris, dibujaré sonrisas, calmaré los corazones, a través de palabras habladas o escritas.
Seguiré mientras haya ceños fruncidos y corazones apenados, arrugados por la pena de no tener lo que quieren tener.
Porque el amar y el querer no tienen nada que ver.
Si amas, aunque falte el ser amado tu corazón está alegre porque ama.
Si quieres, necesitas, y si necesitas sufres, no amas y es ahí cuando se te arruga el corazón y se frunce el ceño.
Y te ves con más hermosura con el corazón sonriente por AMOR.