Lejos ya de la orilla siento como nos mece calmada y tranquila, la marea ahora casi duerme.
Quedaron lejanos los miedos y el peligro, ya no somos los perseguidos, lo conseguimos.
Quisieron separar nuestras almas y herir nuestros cuerpos pero no todo consiguieron,
pues nuestras almas se encuentran del todo curadas al estar tú conmigo y yo, contigo.
Los cuerpos, esos quedaron heridos, ya nos curaremos amor.
Pasó la noche y nosotros fugitivos con nuestra barquita nos alejamos,
quien sabe a donde, nadie sabe, ni nosotros,
pero no existe lugar para los miedos y para la intranquilidad porque las almas las salvamos.
La vuelvo a mirar, y aún así, herida, sangrando la veo la mujer mas bella que jamas pude ver, con su todo, con su nada, con los defectos más bellos, tan puros....
Nos lleva lejos, a algún lugar nos lleva, esta barquita de sueños y de atardeceres bellos, nos lleva lejos.
Y así salvamos las almas que juntas navegaran hasta el resto de la eternidad.
Y resurgiran como espuma y arena, siempre juntos ellos se quedan, la historia de sus muertes les construyo una estatua de sal en la playa con su barquita y ellos, los dos abrazados heridos pero felices.
Ella espuma, el arena.